En la era digital, la tecnología ha transformado profundamente nuestras vidas, cambiando la forma en que trabajamos, nos comunicamos y relajamos. Sin embargo, este progreso también ha planteado nuevos desafíos para nuestra salud mental. La relación entre la tecnología y la salud mental es un tema de creciente interés y preocupación, dados los impactos potencialmente negativos que el uso excesivo de dispositivos electrónicos y redes sociales puede tener en nuestro bienestar psicológico. Para explorar este tema, consultamos con Sara Geller, experta en psicología organizacional y profesora en Carver University.
El uso de redes sociales ha crecido drásticamente en la última década, ante ello, Geller destaca un estudio de la Universidad de Pensilvania que señala que la reducción del uso de redes sociales a 30 minutos diarios puede disminuir significativamente los niveles de ansiedad y depresión. Asimismo, en un informe de Statista, se estima que hay aproximadamente 4.9 mil millones de usuarios de redes sociales en todo el mundo; y aunque estas plataformas ofrecen oportunidades para la conexión y el intercambio de información, también están asociadas con efectos negativos. Estudios han demostrado que su uso excesivo puede contribuir a sentimientos de ansiedad, depresión y soledad.
La dependencia a la tecnología es otro aspecto preocupante en esta era. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido la adicción a los videojuegos como un trastorno en su Clasificación Internacional de Enfermedades CIE-11. Este se caracteriza por un patrón de comportamiento de juego constante que prevalece sobre otros intereses y actividades diarias. Para Geller este es un tema de gran relevancia social debido a su alcance “Un estudio publicado en la revista JAMA Pediatrics, reveló que aproximadamente el 8.5% de los jóvenes estadounidenses muestran síntomas de adicción a los videojuegos, lo que subraya la necesidad de abordar este problema de manera integral”.
La pandemia de COVID-19 aceleró la adopción del teletrabajo, lo cual trajo consigo beneficios y desafíos. Según un estudio de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, el 65% de los trabajadores remotos reportan niveles elevados de estrés debido a la dificultad para separar la vida laboral de la personal, la sobrecarga de trabajo y la falta de interacción social. Sin embargo, también se ha encontrado que el home office puede mejorar el bienestar mental al proporcionar mayor flexibilidad y tiempo para actividades personales, siempre y cuando se mantenga un equilibrio adecuado. Geller sugiere que establecer rutinas claras y dedicar tiempo para el autocuidado son estrategias efectivas para gestionar el estrés asociado al trabajo.
A pesar de los desafíos, la tecnología también ofrece soluciones innovadoras. Muchas aplicaciones móviles y plataformas en línea están diseñadas para proporcionar terapia cognitivo-conductual, meditación y técnicas de manejo del estrés. Un informe de la Asociación Americana de Psicología destaca que el uso de estas herramientas pueden ser efectivas para reducir síntomas de ansiedad y depresión.
Aplicaciones como Headspace y Calm han ganado popularidad por su accesibilidad y eficacia ya que al usarse de manera adecuada, pueden complementar el tratamiento tradicional y ofrecer un apoyo valioso.
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