En su “Culinary + Cocktail Trend Forecast” para 2026, Kimpton Hotels & Resorts identifica el nuevo protagonismo del carbón gastronómico como una de las tendencias más relevantes para su oferta global. Según la compañía, este renacer del carbón no es solo una estrategia para potenciar sabores, sino también un gesto hacia la artesanía culinaria y la conexión sensorial con técnicas tradicionales.
El tipo de carbón que Kimpton promueve es el Binchotan, un carbón blanco japonés valorado por su baja generación de humo y aroma controlado. Su uso permite asar proteínas, vegetales y otros ingredientes con mayor precisión, otorgando un sabor ahumado sofisticado sin saturar los platos con humo pesado. En algunos menús experimentales de sus hoteles, ya se anticipan preparaciones como un “satay de coliflor carbonizado con crema de limón”, que ejemplifican este enfoque entre lo artesanal y lo gourmet.
Desde la visión de Kimpton, esta tendencia no es una simple vuelta al carbón tradicional, sino una reinterpretación moderna con raíces culturales profundas. Katherine Wojcik, directora de programas y asociaciones de IHG (propietaria de Kimpton), señala que el carbón representa una forma de reconectar con sabores genuinos y la maestría de la cocina. Para la cadena, el uso de Binchotan simboliza autenticidad, técnica y una experiencia más táctil para el comensal.
Este auge del carbón está conectado con una tendencia más amplia: la de “experiencias con propósito”. Los comensales ya no solo buscan sabores novedosos, sino vivencias que despierten todos los sentidos. En este sentido, cocinar al carbón proporciona un ritual —el fuego, el lento control de la temperatura, el chisporroteo— que añade valor emocional al plato. Según la previsión de Kimpton, el carbón se convertirá en un “ingrediente narrativo” en sus restaurantes y bares durante el próximo año.
Además, el resurgimiento del carbón en la gastronomía del hospitality puede tener implicaciones operativas y ambientales interesantes. A pesar de su connotación tradicional, el Binchotan es apreciado porque en su combustión genera menos humo que otros carbones comunes, lo que facilita su uso en cocinas modernas sin comprometer la ventilación ni la experiencia del cliente. Al mismo tiempo, su calidad premium lo posiciona dentro de un discurso de sostenibilidad y excelencia: no solo como “combustible”, sino como un componente inherente al diseño del plato.
La apuesta de Kimpton coincide con otras tendencias globales en el sector hospitality: mientras muchas cadenas buscan innovar en técnicas culinarias, la combustión con carbón bien gestionado aporta un equilibrio entre tradición y modernidad. Esto podría inspirar a otros hoteles, restaurantes y chefs a reincorporar el carbón como herramienta creativa, no solo para asados masivos, sino para elaboraciones más refinadas y sensoriales.
Desde la perspectiva del comensal, la experiencia de comer un plato cocinado con Binchotan puede significar una reconexión con lo elemental. El aroma del humo ligero, el sonido lento del fuego y la textura de los alimentos carbonizados se combinan para ofrecer una vivencia más inmersiva. En un mundo donde la tecnología domina la producción de alimentos, esta tendencia destaca por rescatar la sensualidad del fuego tradicional en un contexto contemporáneo.
Para la industria hotelera en Latinoamérica, este fenómeno puede provocar una reconfiguración interesante. Chefs y gerentes de restaurantes en hoteles locales podrían ver en el carbón una nueva palanca para diferenciar sus propuestas gastronómicas, especialmente en destinos boutique, ecológicos o de lujo. Incorporar Binchotan o incluso variar con otros tipos de carbón podría convertirse en una estrategia para ofrecer menús más auténticos y experiencias de fuego más visibles, valorizando tanto la técnica como la estética.
Sin embargo, la adopción del carbón también plantea retos: su costo, la logística del suministro y la formación del equipo de cocina para manejarlo con seguridad son puntos clave a considerar. Además, en algunos contextos, el uso de carbón podría tensionar regulaciones ambientales, especialmente en ciudades donde las emisiones o el manejo de combustibles sólidos están regulados con rigor.
En definitiva, la reintegración del carbón, especialmente del Binchotan, en la propuesta gastronómica de Kimpton para 2026 representa algo más que una tendencia pasajera. Es una apuesta por la autenticidad, la artesanía y una experiencia sensorial elevada. Para la industria hotelera, este movimiento abre la puerta a nuevas formas de diseñar menús, contar historias a través del fuego y reconectar con la cultura del asado en clave contemporánea.
Fuente: The National Provisioner