Mantener un equilibrio entre lujo y sostenibilidad es el gran reto de los hoteles cinco estrellas en 2025. El Majestic Hotel & Spa de Barcelona exhibe una estrategia innovadora que demuestra que se puede ofrecer una experiencia impecable sin descuidar la responsabilidad ambiental.
Lo relevante no es solo reducir el impacto ecológico, sino hacerlo sin que los clientes perciban sacrificar nada en términos de excelencia, servicio y personalización. Esta es la clave del turismo responsable que está transformando el sector.
La coordinadora de Calidad y Medioambiente del Majestic, María Ruiz, señala que mantener los estándares de lujo “sin renunciar al compromiso ambiental” implica involucrar a cada departamento. La creación del Green Team y del Comité del Agua representa una apuesta organizacional que trasciende a la planta física del hotel.
Estos equipos con representantes de todas las áreas se reúnen mensualmente para evaluar propuestas, asignar responsables y establecer plazos. Las reuniones dejan acta, lo que garantiza trazabilidad y seguimiento. Esta cultura permite que ideas se conviertan en acciones efectivamente implementadas.
Uno de los proyectos más valorados ha sido la instalación progresiva de sensores inteligentes en habitaciones y áreas comunes, capaces de ajustar el consumo energético en función de la ocupación y la luz natural. Este tipo de innovación tecnológica aplicada con criterio humano ha permitido al hotel reducir su consumo energético en más de un 15% en los últimos dos años.
El Majestic no deja la sostenibilidad en manos solo del personal. Ha integrado recomendaciones ambientales directamente en la experiencia del huésped: información en el boarding pass, mensajes en la televisión de la habitación y acuerdos con Fundación IRES como parte de iniciativas como “Una rosa por una causa” durante Sant Jordi.
La estrategia se sostiene en la combinación de educación ambiental y hospitalidad personalizada, sin sacrificar la estética ni la atención al detalle. Adicionalmente, los huéspedes pueden consultar un panel digital en el lobby que informa en tiempo real sobre el consumo hídrico del edificio, la reducción de residuos y las emisiones compensadas durante su estancia.
En 2025 se enfrentan nuevos imperativos: trazabilidad energética y del agua, disminución real de la huella de carbono y gestión de residuos. En un edificio histórico de más de un siglo, los cambios impulsados por el hotel exigen inversiones creativas y soluciones técnicas que se adapten a estructuras antiguas y restricciones arquitectónicas.
Implementar sistemas de eficiencia energética o reaprovechamiento del agua demanda planificación y presupuesto, pero también demuestra que el lujo sostenible ya no es una opción, sino un estándar profesional. El Majestic ha iniciado, además, una alianza con proveedores locales certificados en buenas prácticas ambientales, promoviendo una cadena de suministro responsable que fortalece la economía circular en la región.
Para María Ruiz, la sostenibilidad no es un área aislada ni un departamento especializado, sino una filosofía transversal que requiere formación constante para todos. Cocineros, personal de pisos, mantenimiento y recepción deben entender, adoptar y transmitir los valores ambientales del hotel.
Gracias a este enfoque inclusivo, los resultados son más sólidos y la transformación se convierte en parte de la cultura organizacional. Recientemente, el hotel incorporó módulos de sostenibilidad en todos los programas de onboarding y promueve embajadores ambientales en cada turno, quienes se encargan de reforzar los hábitos sostenibles entre compañeros.
Si en Europa los estándares presionan a los líderes a equilibrar lujo y ecología, en América Latina esta estrategia representa una gran ventaja competitiva. Los viajeros globales, cada vez más conscientes, demandan experiencias responsables y coherentes.
Hoteles en destinos latinoamericanos pueden replicar este modelo combinando equipos transversales de sostenibilidad, comunicación activa con huéspedes, campañas con ONG locales y formación continua. Todo sin resignar confort, servicio y personalización.
Algunos resorts en Costa Rica, Colombia y Perú ya están aplicando esquemas similares. Por ejemplo, en la región de Cusco, ciertos alojamientos de alta gama han empezado a implementar programas de conservación del agua con participación activa de comunidades locales, integrando la sostenibilidad como experiencia cultural.
En un momento en que la sostenibilidad deja de ser una etiqueta y se convierte en una expectativa, iniciativas como las del Majestic Hotel & Spa Barcelona demuestran que el turismo sofisticado y responsable ya es posible.
No es solo una cuestión de imagen: es una apuesta por la resiliencia empresarial, el valor real para el cliente y la contribución a comunidades y ecosistemas. En definitiva, una redefinición del verdadero lujo: el que cuida de las personas y del planeta.
Fuente: Hosteltur