Lauren Kolodny, socia de Acrew Capital e inversionista pionera del neobanco Chime, ha liderado una ronda de Serie A de $20 millones destinada a Alix, una startup que aplica inteligencia artificial para transformar el tradicional e ineficiente proceso de liquidación de herencias. Esta inversión marca una apuesta clara por digitalizar un área con alto impacto emocional y administrativo.
Kolodny, cuya fe en Chime fue vital cuando la mayoría de los inversores rechazaron al entonces joven neobanco en 2016, ha demostrado una vez más su visión estratégica. En 2025 Chime salió a bolsa con una valoración de $14.5 mil millones. Ahora, su inversión en Alix busca resolver problemas reales que afectan a personas al cerrar etapas personales difíciles, ofreciendo una solución accesible y eficiente.
Alix fue fundada por Alexandra Mysoor, quien descubrió lo complejo y frustrante que resulta tramitar una herencia al acompañar a una amiga en el proceso. Lo que se esperaba que fuera una tarea ocasional se convirtió en 900 horas de trabajo durante 18 meses: contactar bancos, localizar cuentas de retiro, cancelar servicios y distribuir activos. “Es un proceso anclado en el papel, obsoleto, con listas de tareas en internet que no ayudan y trámites legales que cuestan miles de dólares”, explicó a TechCrunch.
Tras esa experiencia personal, Mysoor decidió fundar Alix, consciente de que muchas familias afrontan estos trámites sin ayuda profesional debido al costo o complejidad.
Alix automatiza múltiples pasos mediante agentes de IA capaces de:
Alix ha diseñado su plataforma para aliviar esa carga administrativa, especialmente en momentos de duelo, donde el tiempo y la claridad son críticos.
El modelo de tarifas de Alix es del 1 % del valor del patrimonio. Sin embargo, para herencias menores a $1 millón, el costo oscila entre $9 000 y $12 000, dependiendo de la complejidad del caso. Esta estructura brinda transparencia y permite a muchas familias acceder a servicios antes reservados solo a las de alto patrimonio.
El enfoque de Kolodny encaja con su filosofía de inversión: resolver problemas significativos para personas, no solo generar valor financiero. Ella afirma que esta es una solución ideal para sectores que no han visto innovación relevante en décadas.
Aunque existen startups que ofrecen asistencia puntual durante el proceso de duelo, como Empathy, ninguna brinda una solución integral y automatizada de extremo a extremo. Alix llena ese vacío tecnológico y está posicionada para convertirse en un referente de la automatización emocionalmente inteligente.
Kolodny considera que esta iniciativa es solo el comienzo de un nuevo horizonte en que la IA se use para democratizar servicios administrativos en sectores como herencias, prestaciones, demandas civiles o trámites sucesorios.
La inversión en Alix también representa una evolución global en fintech: el uso de tecnología para resolver tareas complejas con impacto social. Alix se conecta con movimientos tecnológicos que promueven soluciones digitales inclusivas y eficientes.
Este tipo de innovaciones podría trasladarse a otros países donde las familias enfrentan barreras similares para acceder a servicios administrativos tras el fallecimiento de un ser querido.
El caso de Kolodny y Alix será analizado en escuelas de negocios y cursos de emprendimiento como un ejemplo de cómo identificar necesidades reales y escalar soluciones tecnológicas con impacto social.
Fuente: TechCrunch