La evolución del mercado laboral estadounidense en 2025 refleja una creciente dependencia de un solo motor: el sector salud y la asistencia social. Según datos recientes, la economía genera en promedio 74 000 empleos privados al mes, pero casi 64 000 provienen únicamente de hospitales, clínicas y servicios de apoyo social. Esto significa que el resto de la economía apenas aporta 9 400 empleos mensuales, un ritmo insuficiente para sostener un crecimiento equilibrado.
El envejecimiento poblacional y la creciente demanda de atención médica impulsan este dinamismo. Hospitales, centros de cuidado de largo plazo y servicios domiciliarios absorben mano de obra, incluso en un contexto de incertidumbre económica. Durante agosto, por ejemplo, el sector salud añadió 31 000 empleos, una cifra relevante pero por debajo del promedio mensual de 42 000 registrado a inicios de año.
Al mirar más allá del sector salud, la situación cambia drásticamente. En agosto, EE. UU. creó apenas 22 000 empleos no agrícolas, muy por debajo de las expectativas de los analistas. La tasa de desempleo subió al 4,3 %, el nivel más alto desde 2021, mientras el empleo federal retrocedió con una pérdida de 15 000 puestos.
Industrias clave como la manufactura, el comercio al por mayor y los servicios empresariales muestran debilidad. Esta tendencia apunta a que el crecimiento laboral estadounidense podría estar agotando su impulso, a pesar de la solidez del consumo y de un entorno crediticio menos restrictivo.
Aunque la salud se mantiene como un pilar, enfrenta riesgos importantes. Uno de ellos es el plan de recortes a Medicaid, que contempla reducciones por 911 000 millones de dólares en una década. De concretarse, hospitales y centros comunitarios podrían frenar contrataciones, lo que debilitaría al único sector que aún genera empleos en volumen.
Otro desafío es la disponibilidad de trabajadores. El sistema sanitario estadounidense depende en gran medida de profesionales inmigrantes, y cualquier restricción migratoria podría reducir la oferta laboral en un momento crítico.
El mercado laboral refleja cambios más profundos ligados a la automatización y a las nuevas tecnologías. El uso creciente de inteligencia artificial está reemplazando funciones administrativas y de oficina, lo que reduce la necesidad de mano de obra en sectores de servicios.
De acuerdo con un reporte del Conference Board, el 20 % de las empresas planea reducir la contratación en el segundo semestre de 2025. A esto se suma que la creación promedio de empleo se redujo en más del 50 % respecto a 2024, mientras el tiempo de búsqueda para conseguir trabajo se alarga. Estas tendencias impactan especialmente a los jóvenes recién graduados, que enfrentan un mercado menos dinámico y más competitivo.
Lo que ocurre en el mercado laboral estadounidense no es ajeno a la región. Si la creación de empleo se concentra únicamente en salud y asistencia social, otros sectores clave como manufactura y comercio exterior podrían reducir la demanda de productos importados, afectando a países latinoamericanos que dependen de exportaciones hacia EE. UU.
Por otro lado, los recortes en programas públicos podrían disminuir la contratación de trabajadores extranjeros en el sistema sanitario, lo que representa un riesgo para miles de profesionales de la región que buscan oportunidades en ese mercado.
Sin embargo, también se abren oportunidades. La estabilidad relativa del empleo en salud sugiere que América Latina debería invertir en formar talento especializado en áreas médicas y de asistencia, preparándose para cubrir la creciente demanda en EE. UU. y en sus propios sistemas de salud, que enfrentan retos similares de envejecimiento poblacional.
El panorama laboral estadounidense en 2025 muestra un equilibrio frágil: un sector dinámico que sostiene el empleo frente a múltiples industrias debilitadas. La pregunta central es si el dinamismo en salud será suficiente para contrarrestar los efectos de políticas fiscales restrictivas, de la automatización y de la desaceleración global.
Para América Latina, el reto será leer estas señales a tiempo. La dependencia de un único motor de empleo en la economía más grande del mundo anticipa volatilidad y posibles repercusiones en comercio, migración y flujos de capital. Observar el comportamiento del sector salud en EE. UU. no es solo un ejercicio estadístico: es una forma de anticipar los próximos movimientos de la economía global.
Fuente: The Wall Street Journal