Tres veces más muertes por cáncer de pulmón podrían evitarse con una simple prueba de diagnóstico temprano

Un nuevo estudio indica que tres veces más muertes por cáncer de pulmón podrían prevenirse si todos los adultos elegibles recibieran una tomografía computarizada (CT) de baja dosis. La investigación, divulgada recientemente, pone de relieve una oportunidad crítica de salud pública para reducir la mortalidad por esta enfermedad.

Según los datos analizados, solo alrededor del 19 % de las personas en Estados Unidos que califican para esta prueba de detección la recibió en 2024. Los investigadores calcularon que si la cobertura de screening alcanzara el 100 %, se podrían evitar casi 30.000 muertes adicionales y ganar más de 480.000 años de vida.

El criterio de elegibilidad para la tomografía de baja dosis está bien definido por las guías médicas: se recomienda para adultos de entre 50 y 80 años con un historial de 20 “paquete-año” de cigarrillos (es decir, el equivalente de fumar un paquete por día durante 20 años), que actualmente fuman o dejaron de fumar hace menos de 15 años. Este umbral coincide con las recomendaciones de la USPSTF (Fuerza de Tarea de Servicios Preventivos de EE. UU.), que también aconseja suspender el screening si la persona ha dejado de fumar hace más de 15 años o tiene condiciones de salud que limitan su esperanza de vida.

El cáncer de pulmón es una de las principales causas de muerte por cáncer: incluso con los avances en tratamientos, su detección precoz marca una gran diferencia. Con la tomografía de baja dosis, es posible identificar lesiones en etapas tempranas, cuando los tratamientos son más efectivos y menos invasivos.

A pesar de que los beneficios del screening están documentados, su adopción sigue siendo muy baja. La directora científica de investigación sobre factores de riesgo y vigilancia del cribado en la American Cancer Society, Priti Bandi, declaró que es decepcionante que la participación sea tan reducida, especialmente cuando las consecuencias de no actuar son tan graves.

Otro aspecto preocupante es la desigualdad en el acceso a estas pruebas preventivas. Para muchas personas, especialmente en contextos con menos recursos, los programas de detección no están suficientemente difundidos o priorizados. Esto genera un efecto adverso: grupos vulnerables no aprovechan una de las herramientas más poderosas para salvar vidas.

Además, organismos de salud pública recuerdan que dejar de fumar sigue siendo la medida más eficaz para prevenir el cáncer de pulmón. La prevención primaria, sumada al diagnóstico temprano, podría cambiar radicalmente el panorama de mortalidad de esta enfermedad en la próxima década.

En Latinoamérica, donde los sistemas de salud varían mucho entre países, la implementación de programas de cribado con tomografía de baja dosis podría tener un impacto significativo. Instituciones médicas, gobiernos y organizaciones no gubernamentales podrían colaborar para adaptar estas recomendaciones a sus poblaciones, impulsar campañas de concientización y ampliar el acceso a exámenes preventivos.

También es fundamental la educación sobre el cáncer pulmonar: muchas personas desconocen que existen criterios claros para ser elegibles para la tomografía de baja dosis, y algunos ni siquiera saben que este tipo de enfermedad se puede detectar antes de que aparezcan síntomas graves.

La evidencia es clara: la detección temprana salva vidas. Aumentar la cobertura de screening de forma urgente podría ser uno de los pasos más efectivos en salud pública para reducir la tasa de mortalidad por cáncer de pulmón.

Fuente: US News