La gestión eficiente de los recursos financieros en el sector salud es una de las principales preocupaciones de los gobiernos latinoamericanos. En respuesta a este desafío, 17 países de la región, con el respaldo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), han acordado establecer una Red Regional para la Gestión de Fondos Nacionales de Salud. Esta iniciativa busca transformar la manera en que se administran, asignan y supervisan los recursos destinados al bienestar de la población.
El anuncio se realizó durante un encuentro de alto nivel en Washington D.C., donde autoridades sanitarias y financieras de países como Argentina, Brasil, Colombia, México y Perú coincidieron en que una gestión más técnica, transparente y colaborativa de los fondos públicos es clave para avanzar hacia sistemas de salud más resilientes y equitativos.
Los países de América Latina enfrentan retos estructurales en el financiamiento del sector salud. La fragmentación de los sistemas, la limitada capacidad de recaudación fiscal, la dependencia de recursos externos y la falta de mecanismos eficaces de control han dificultado el acceso universal y equitativo a los servicios.
Según la OPS, el gasto público en salud en la región sigue estando por debajo del umbral recomendado del 6 % del PIB. Además, la pandemia de COVID-19 expuso las debilidades crónicas de muchos sistemas sanitarios, exacerbando las desigualdades y evidenciando la necesidad de reformas urgentes.
En este contexto, la creación de una red regional se plantea como una estrategia para fomentar la colaboración técnica entre países, compartir buenas prácticas, armonizar marcos regulatorios y fortalecer capacidades en áreas clave como presupuestación, compras públicas, gestión financiera y control de gastos.
Uno de los pilares fundamentales de la nueva red es atraer y canalizar inversiones hacia modelos sanitarios sostenibles. Para lograrlo, se propone crear indicadores comunes de desempeño financiero, establecer mecanismos de seguimiento conjunto y facilitar la cooperación con organismos multilaterales y el sector privado.
El BID, uno de los socios estratégicos del proyecto, ha destacado que una gestión sólida de los fondos de salud no solo mejora los resultados sanitarios, sino que también incrementa la confianza de los inversores y donantes. En efecto, los países que implementan reformas orientadas a la transparencia fiscal y la eficiencia del gasto tienden a recibir mayores flujos de cooperación internacional.
Asimismo, la red facilitará la capacitación de funcionarios públicos en herramientas de planificación financiera, auditoría y evaluación de impacto, contribuyendo a una cultura de responsabilidad fiscal y rendición de cuentas.
Aunque se trata de una red regional, el impacto se espera a nivel nacional y local. Cada país participante podrá adaptar las estrategias y herramientas compartidas según su contexto institucional y necesidades específicas. Esto permitirá que las reformas sean progresivas pero sostenidas, evitando soluciones únicas que no reflejan la diversidad de los sistemas sanitarios en la región.
Perú, por ejemplo, se ha comprometido a incorporar los lineamientos de la red en su próxima reforma del Seguro Integral de Salud (SIS), mientras que Colombia planea integrar los principios de eficiencia financiera en su política nacional de cobertura universal.
A su vez, la red prevé la creación de una plataforma virtual que permita el intercambio continuo de información técnica, experiencias exitosas y recomendaciones normativas, promoviendo así una comunidad de aprendizaje regional permanente.
La consolidación de esta red representa un avance hacia el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 3, que plantea el acceso universal a servicios de salud de calidad y financieramente sostenibles. La iniciativa también se alinea con las metas regionales del Pacto por la Salud Universal, adoptado por los países de las Américas en 2014.
Más allá de los aspectos técnicos y financieros, el establecimiento de esta red subraya un cambio de enfoque en la política pública: considerar la salud como una inversión y no como un gasto, y entender que el fortalecimiento de las finanzas públicas es una condición esencial para garantizar el derecho a la salud de manera equitativa y sostenible.
En un momento en que los sistemas de salud enfrentan presión creciente por el envejecimiento poblacional, las enfermedades crónicas y los cambios climáticos, esta red se presenta como una herramienta clave para rediseñar las finanzas sanitarias con visión de largo plazo.
La participación activa del sector privado, los organismos internacionales y la sociedad civil será crucial para traducir esta ambiciosa hoja de ruta en transformaciones tangibles. Lo que está en juego no es solo la eficiencia presupuestaria, sino el bienestar de millones de ciudadanos latinoamericanos.
Fuente: Organización Panamericana de la Salud