Providence Health & Services, uno de los mayores sistemas de salud sin fines de lucro de Estados Unidos, ha presentado su estrategia para el año 2030, un plan que busca reconfigurar la atención sanitaria con base en la tecnología, la inteligencia artificial y un modelo de atención descentralizado. Con sede en el estado de Washington, la organización gestiona 51 hospitales y más de 800 instalaciones médicas a lo largo del oeste del país. Su nuevo enfoque refleja una respuesta directa a los desafíos financieros, regulatorios y sociales que enfrentan los sistemas de salud globalmente.
El CEO de Providence, Erik Wexler, describió el contexto actual como una “policrisis”, un entorno caracterizado por la presión simultánea de múltiples factores: la inflación médica, la escasez de personal, la disminución de reembolsos públicos, el aumento de costos operativos y el cambio en las expectativas de los pacientes. Esta realidad ha llevado al sistema a buscar una transformación profunda y estructural.
En el corazón de la estrategia 2030 está la adopción integral de soluciones tecnológicas que permitan ofrecer una atención más eficiente, personalizada y accesible. Providence planea implementar herramientas como inteligencia artificial para la automatización de procesos administrativos, sistemas de redacción clínica asistida y plataformas de programación de citas con autoservicio. Estas innovaciones permitirán liberar tiempo al personal de salud y mejorar la experiencia del paciente desde la primera interacción.
Uno de los avances destacados es la incorporación de Microsoft Copilot y tecnologías de ambient scribing, que recopilan información clínica de forma automatizada durante las consultas. Estas herramientas buscan reducir la carga administrativa del personal médico, mejorando tanto la precisión como la eficiencia del trabajo clínico.
El nuevo modelo también enfatiza la descentralización de la atención médica. La estrategia plantea expandir los servicios fuera del entorno hospitalario, privilegiando la atención ambulatoria, la salud domiciliaria y la telemedicina. Esto responde a una necesidad creciente de brindar servicios accesibles, especialmente a pacientes con movilidad reducida o en zonas alejadas de los centros urbanos.
Según los ejecutivos del sistema, uno de los pilares es brindar a los pacientes “la atención adecuada, en el momento adecuado y en el lugar adecuado”. Esta visión implica un mayor uso de la atención virtual, herramientas de autodiagnóstico y seguimiento remoto de condiciones crónicas.
La transformación de Providence no solo apunta al ámbito clínico. También incluye ajustes significativos en su estructura operativa y financiera. En 2024, el sistema anunció la eliminación de más de 600 puestos administrativos, congelamiento de nuevas contrataciones en áreas no clínicas y recortes en gastos discrecionales. Estas medidas buscan garantizar sostenibilidad económica a largo plazo, sin afectar la calidad asistencial.
Además, la organización planea comenzar a evaluar su desempeño con base en métricas propias del nuevo modelo a partir de 2027. Este sistema de evaluación incluirá indicadores como la reducción en tiempos de espera, mejora en la satisfacción del paciente, eficiencia operativa y adopción tecnológica.
La IA no solo se aplicará a procesos administrativos. También se explorará su uso en la toma de decisiones clínicas, el análisis de datos poblacionales y la predicción de brotes de enfermedades. Con ello, Providence espera evolucionar hacia un modelo proactivo, en lugar de reactivo, priorizando la prevención y la personalización de tratamientos.
Expertos del sector han elogiado esta estrategia. Paul Dergarabedian, analista de medios y tecnologías de salud, afirmó que “Providence está trazando un camino claro hacia el futuro de la medicina digital, combinando capacidad tecnológica con sensibilidad social”.
Providence no está sola en esta transición. Otros sistemas hospitalarios están explorando enfoques similares, pero pocos han articulado una visión tan detallada a largo plazo. La combinación de infraestructura clínica, alcance geográfico y músculo tecnológico convierte a Providence en un referente para otras organizaciones de salud en el continente.
Este tipo de reformas estructurales también se enmarca en una transformación más amplia del sistema sanitario de Estados Unidos, que busca moverse de un modelo de volumen (cantidad de servicios prestados) a uno basado en valor (resultados obtenidos por paciente). La visión de Providence se alinea con esta tendencia, priorizando resultados, eficiencia y equidad.
Aunque la estrategia está enfocada en el mercado estadounidense, su impacto podría trascender fronteras. Muchas de las tecnologías implementadas por Providence ya están siendo adaptadas por redes hospitalarias en América Latina, particularmente en Chile, México y Colombia. La digitalización de la salud y el uso de IA para facilitar diagnósticos y reducir costos se perfilan como herramientas clave también en esta región.
La experiencia de Providence ofrece lecciones valiosas: cómo abordar la escasez de recursos humanos, cómo mejorar el acceso en zonas rurales mediante telemedicina y cómo construir confianza a través de plataformas digitales seguras.
Fuente: Healthcare Dive